La maternidad y su impacto emocional en el trabajo
Para nuestro post de hoy os traemos un post muy personal. Sabíamos que queríamos hablar de maternidad, aprovechando que mayo se estrena con el Día de la Madre. Pero también teníamos claro que queríamos intentar una perspectiva, un análisis, que trajera una mirada diferente sobre el tema. Y encontramos la percha perfecta al unir la otra gran efeméride del mes… ¡el Día del Trabajo!
Así que para esta nueva consulta a nuestra comunidad os preguntamos ¿qué ha aportado tu maternidad al trabajo? ¿qué se ha potenciado?

En este caso, las respuestas nos han tocado la fibra, porque en Tandem Thinking hay mucha maternidad y mucho trabajo…¡así que vamos con las reflexiones que nos han suscitado vuestras aportaciones! Que en este caso también nacen de nuestra propia experiencia 😊
Se habla muchísimo de lo difícil que es volver a trabajar una vez se ha sido madre. La falta de sueño, la trampa de la conciliación, la pena de la separación…todos estos elementos están presentes. Pero ya sea inmediatamente o con el tiempo, la nueva mujer que ha nacido tras ser madre también trae elementos nuevos a su desempeño laboral, elementos muy interesantes que benefician su trabajo y su relación con los demás.
¿Qué nos habéis contado?

En primer lugar, hay un cambio en la productividad y eficiencia del tiempo, que han aumentado después de haber sido madres. Hay deseo (o necesidad) de volver a casa pronto y por ello se destaca la mayor capacidad de priorizar, una mejor organización del tiempo y una gran habilidad de simultanear diferentes tareas.
Además, tener hijos implica abrazar la incertidumbre y convivir con el caos. Una realidad que nos sirve en muchas áreas de nuestra vida. Hay muchas reflexiones acerca de cómo saber aplicar el pensamiento lateral, la improvisación y creatividad ayudan a resolver problemas en el trabajo, marrones intempestivos y proyectos que se atascan.

Por otro lado, nos ha gustado mucho ver cómo los nuevos modelos de crianza (educación en positivo, disciplina positiva) se están aplicando también en las relaciones laborales. Ya sea de manera consciente o inconsciente, nos hemos encontrado con reflexiones acerca de cómo ser madre nos ayuda a tener más paciencia con los demás, a practicar la empatía y la escucha activa en la resolución de conflictos y a gestionar las emociones propias y ajenas en pos de una mejor convivencia laboral.
Y…¿por qué no decirlo? La maternidad también trae mucha ternura, sensibilidad, un deseo de cuidado que fortalece las relaciones sociales. Muchas, al convertirnos en madres, notamos como ese “instinto maternal” se expande a nuestra manera de conectar con los demás, haciendo que la relación con los otros entre en una dimensión distinta. Como nos comentaba una seguidora “antes de criticar pienso que no conozco su historia”
Una reflexión final

No queremos decir con todo esto que ser madres nos convierta en mejores personas, quizá tampoco en mejores trabajadoras. Tampoco queremos, ni mucho menos, alimentar esa perspectiva caduca de que las mujeres podemos con todo.
Pero sí queríamos dar luz sobre aquellas partes de la personalidad que se transforman una vez nos convertimos en madres y cómo eso cambia (y puede favorecer) nuestra manera de estar en el trabajo.
Así que celebramos nuestro cambio como trabajadoras tras la maternidad. No volvimos al trabajo siendo las mismas, pero desde luego hemos intentado sacarle todo el partido posible a esta transformación.